viernes, 8 de mayo de 2009

DIVINA PASTORA DE SANTA MARINA



La Imagen de talla de la Divina Pastora, es un icono celebérrimo, de incalculable significación religiosa, histórica e iconográfica, en razón de su primacía universal. Constituye el eslabón inicial de una gigantesca cadena de copias, variantes y nuevas creaciones, esparcidas por Andalucía, España y por el mundo entero. Está realizada en madera de ciprés hasta el busto, y el resto en madera de cedro. De tamaño natural (1,27cm), en actitud sedente. Aunque está concebida para ser ataviada con ricas telas, es de talla completa, excepto la cabellera postiza, y los brazos articulados. Estos últimos también estofados y policromados, al igual que el resto del cuerpo. Dicho estofado, oculto bajo los ropajes superpuestos, es de grandes flores multicolores, simbolizando las virtudes y prerrogativas marianas, como así mismo, a la altura del pecho una gran cartela con un sol radiado, también estofado en oro, con el símbolo mariano.

Posee un rostro de los más bellos en la escultura sevillana del Siglo XVIII, según el sentir de muchos tratadistas, en estos tres siglos de devoción pastoreña.
Su cronología puede fecharse en torno a 1704-1705, pues fue bendecida el día de la Epifanía del Señor de 1705, en el antiguo Monasterio de las Madres Agustinas Ermitañas de la Encarnación, cuyo solar lo ocupa a día de hoy la actual Plaza de la Encarnación.
Con respecto a su autor, los últimos estudios e investigaciones universitarias se decantan por considerarla obra de Francisco Antonio Ruiz de Gijón. El cual se cree, está enterrado en la Iglesia de Santa Marina, justo a los pies donde se encontraba el retablo de la Divina Pastora.
Las manos también son muy hermosas, al igual que el rostro, jugando con refinamiento en postura y dedos, que acentúan su gracia femenil y sevillana.
Se han llegado a descubrir hasta tres capas de policromías en el rostro, y siete en las manos, todas ellas de buena calidad. La actual, tanto en manos y rostro, de matiz cristalino y aporcelanado, parece ser obra de finales del Siglo XIX. En 1991-1992 el profesor Juan Manuel Miñarro López hizo una profunda restauración con criterio científico y conservador.
Durante ella eliminó postizos interiores de escasa consistencia que formaban el cuerpo desde la cintura hasta los pies, y prolongó la talla desde el busto hasta los pies, completando e igualando la parte que le faltaba, extendiendo e igualando su rico estofado. Asimismo hizo una nueva base o peña de aspecto rocoso, para dejar mejor trabajada la figura del cordero que lleva a su diestra.
Como complementos escultóricos además del citado cordero, que representa al mismo cristo Jesús, como Cordero de Dios y que permanece junto a la sagrada imagen permanentemente, hay dos ovejas más, una de menor tamaño, que mira al espectador con cierto descaro(es por ello llamado “el descarao”) y otra la más grande de todas, en actitud de comer las hierbas del campo, el cual también tiene su gracioso apodo, “el comilón”. Dichas ovejas, son todas ellas talladas en madera, doradas y estofadas en oro fino de la mejor calidad. Sin duda son el conjunto escultórico de tres ovejas que regaló a la corporación el Doctor Don Manuel Fernández Silva, Mayordomo de la Hermandad por los años de 1907.
Igualmente existen tres ovejas más, la primera y más importante de ellas, es la que talló Francisco Antonio Ruiz de Gijón, junto a la Imagen de la Virgen, igualmente estofada y dorada en oro. Las otras dos, las más pequeñas del conjunto, una en pié y la otra sentada en el monte. Esta última realizada en porcelana y dorada. Donada por un devoto de la Santísima Virgen en 2005.
Para diferenciar al Cordero Divino, que se sitúa junto a la Imagen de la Virgen, de las demás figuras oviles, tiene la particularidad de poseer los ojos de cristal en azul-celeste.
Apenas ofrece explicación, y puede considerarse casi como milagroso, que esta efigie mariana escapara del incendio de su templo de santa marina en 1936. En el año 2003 primitiva hermandad pastoreña celebró los trescientos años de esta sevillana advocación.
Respecto a su ajuar es de incalculable valor artístico el manto de salida (composición de tres mantos bordados que poseía la talla) realizado por el genial bordador Rodríguez Ojeda , destacar el conjunto de sallas de diversos tonos de color,las jollas y alhajas, sombreros bordados en oro...






Fuente :Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina.

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